LAURA LEGAZCUE-Achieved the Condor de oro 2005.San Luis.Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

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Laura L by Roberto Yabrek

viernes, 22 de marzo de 2013

JULIO SOSA, EL ULTIMO GRAN AGLUTINADOR MULTITUDES TANGUERAS de Miguel Gadea Sandler

JULIO SOSA, EL ULTIMO GRAN AGLUTINADOR MULTITUDES TANGUERAS de Miguel Gadea Sandler (Notas) el viernes, 3 de febrero de 2012 a la(s) 15:13 JULIO SOSA, EL ULTIMO GRAN AGLUTINADOR MULTITUDES TANGUERAS Nació en Las Piedras, departamento de Canelones, Uruguay, el 2 de Febrero de 1926. Su nombre: Julio María Sosa Venturini Su familia : Su papá, su mamá y su hermana, Tula, quién falleció el año pasado. Tuvo padres buenos y trabajadores. Su infancia: muy humilde. Muchas privaciones fueron modelando en este joven una personalidad muy particular, cuyos rasgos más característicos eran la petulancia, la verborragia y la necesidad permanente de llamar la atención. Maquillaje que usó como coraza a lo largo de su corta existencia, para protegerse de un mundo al que consideraba hostil y del que debía cuidarse. Esta descripción hay que hacerla para poder comprender el porqué de su forma de ser tan polémica. Cuando dejó su Uruguay natal y se instaló en Buenos Aires para probar suerte como cantor de tangos, lo hizo con una actitud positiva, propia de un ganador nato. Y vaya si lo logró... En el año 1949, en contraposición a lo que sucedía en Argentina, el pueblo uruguayo estaba pasando momentos muy difíciles por la carencia laboral. En ese momento, Julio cantaba en un conjunto dirigido por el maestro Luis Caruso con el que había grabado algunos temas. Pero, en un pueblo pauperizado, no tuvieron demasiado éxito. A Julio le llegaban noticias sobre la Argentina, sobre la época de bonanza que se estaba viviendo, en la que la gente tenía trabajo y un buen nivel económico. Además se decía que el Tango estaba en todo su esplendor, y que atravesaba su mejor momento. (Esto se vio ratificado con el paso de los años, ya que esta época, la década del 40, es la que hoy conocemos como la "Época de oro" del tango). Todas estas noticias lo deciden a buscar nuevos horizontes y emigrar a la Argentina. En Buenos Aires vivía un compatriota suyo, llamado Rogelio Casali, que le ofreció casa y comida, asi que Julio no lo pensó dos veces. El día siguiente al de su llegada, salió a buscar un lugar donde cantar y hacerse conocer. Quiso el destino que llegara al "Café Los Andes", en Chacarita. Allí lo probaron, y como gustó, le ofrecieron $ 20 y la comida con los mozos. Para Sosa era como tocar el cielo con las manos: hacía menos de 48 horas que había llegado, y ya había solucionado su problema laboral. Quiso la suerte, o el destino, que el compositor Raul Hormaza pasara por allí buscando jóvenes valores. Cuando lo escuchó cantar, quedó impactado por ese muchacho delgaducho, esmirriado y mal vestido, pero que interpretaba los tangos de una manera atípica, con una técnica natural en su expresión gestual como no tenía ninguno de los grandes cantores que estaban en cartel. Por ese entonces en el Centro, en todos los cabarets y confiterías había Orquestas Típicas, de modo que el porteño podía elegir entre escuchar las orquestas de Pichuco, D'Arienzo, Di Sarli, De Angelis; y a cantores como Floreal Ruiz, Alberto Echagüe, Roberto Rufino y Carlos Dante, entre otros. En el Cabaret Picadilly tocaba la orquesta de Francini y Pontier, en la que cantaban Raul Berón y Alberto Podestá. Como Hormaza sabía que Berón dejaría la Orquesta, fue a ver a Pontier, su amigo personal Y le comentó que había descubierto a un joven cantor que se expresaba de un modo muy particular para que lo pruebe y vea si podía ocupar la plaza que dejaba libre Raul Berón. Pontier le respondió: "Si es como vos lo pintás, tráelo que lo probamos". Hormaza fue a ver a Julio al café de Chacarita y le comentó la buena nueva. Ese mismo día, Hormaza y Julio Sosa llegaron al Picadilly una hora antes de que comenzara el espectáculo. Pontier miró a Julio y le preguntó "¿Que va a cantar?", a lo que Sosa respondió "Tengo miedo". Pontier, risueño, le retrucó "¿El tango, o tiene julepe ?". Francini no estaba muy convencido cuando lo vio, le parecía muy magro, muy pobre; pero cuando Julio terminó de cantar se miró con Pontier en forma cómplice, y le preguntó "¿Puede debutar esta noche?". Podestá contó que se lo presentaron a continuación, y que Pontier le pidió que acompañara al nuevo cantante de la orquesta a alquilar un traje, para hacerlo lucir más presentable. Se trasladaron a la calle Libertad, a pocas cuadras de allí, y eligieron una pilcha oscura. No se podía creer la pinta que tenía el pibe Sosa con sus 23 años. A partir de este episodio nació una amistad muy profunda entre Podestá y Sosa, que duró hasta el trágico final del uruguayo. Pasado un tiempo, y cuando Podestá vio que con su forma de ser un poco arrebatada, Sosa comprometía seriamente su futuro, trató de aconsejarlo. En tono paternal solía decirle: "Julio, sos joven, cuidate. Lo nuestro es cantar, vos hablás mucho...te acostás tarde...llegás tarde a los compromisos. Mirá que esto a la larga se paga..." Cabe aclarar que a los cabaret los porteños iban a bailar. Sin embargo, cuando Sosa interpretó el tango "Tengo miedo" en su debut, fue tal el impacto que produjo que el público dejó de bailar para contemplar a este nuevo fenómeno. Es que Sosa conmovía a todos cuando movía sus manos y acompañaba la canción con sus gestos faciales, encarnando en 3 minutos esas historias de vida que son las letras de los Tangos. Había nacido un nuevo ídolo de nuestra canción ciudadana. Quedaron algunas hermosas grabaciones que nos permiten disfrutar esta etapa. Primero grabó con Podestá el vals "El hijo triste", "El ciruja", "Lloró como una mujer", "Tan solo por verte", "Dicen que dicen", "Mi sentencia", "Princesa de fango", "Pa' que sepan cómo soy", "Viejo smoking" y otros. Cuando cantaba, se mimetizaba con el tema, y quien lo veía interpretar tenía la sensación de estar viviendo la historia imaginada por el autor de la letra. Parecía otro el Sosa que, cuando estaba abajo del escenario, no paraba de hablar, ni de contar cuentos. Le gustaba ser el centro de atención en cada lugar al que llegaba. Esta situación le trajo muchos problemas, particularmente con los novios y esposos de las mujeres a las que seducía gracias a su personalidad avasallante y a que siempre tenía un piropo a flor de labios. Si bien los directores de otras orquestas soñaban con contarlo entre sus filas, este rasgo de porteño canchero y sobrador, obraba como un impedimento, ya que se sumaba a la polémica personalidadal de quien, con el tiempo, sería bautizado "El varón del tango". Sin embargo, apareció un director que se jactaba de haber tenido en su orquesta a los mejores cantores, y tentó a Sosa con una suma de $ 5.000. Era Francisco Rotundo quien, para ese entonces, tenía a Floreal Ruiz y buscaba un remplazante para Enrique Campos, que acababa de dejar la orquesta. La cantidad que le estaba ofreciendo a Sosa era enorme, y el cantor se lo comentó a Francini y a Pontier. Los maestros, en un rasgo de caballerosidad que les hacía perder a su estrella, le sugirieron que no lo pensara dos veces, ya que era una propuesta que no se podía despreciar y él se lo merecía, así que le dijeron que quedaba libre. Sosa se une a la orquesta de Rotundo, con la que grabó los temas "Levantá la frente", "La casa está triste", "Carnaval", "Secreto", "Justo el 31", "Bien bohemio", "Pa' mí es igual", "Farolito viejo", "Dios te salve, m'hijo", "Eras como la flor" y "Yo soy aquel muchacho", entre otros. Sin embargo, Sosa llevaba una vida desordenada y no cuidaba su voz. Lo que su amigo Podestá le había advertido comenzaba a hacerse realidad. "El varón del tango" empezó a perder la voz en forma alarmante. El maestro Rotundo y su esposa Juana Larrauri (por ese entonces diputada nacional), intervinieron y le pidieron al Dr. León Elkin, famoso otorrinolaringólogo, que revisara al cantor, a lo que el médico aceptó gustoso. Después de someterlo a un estudio, el profesional le diagnosticó pólipos en las cuerdas vocales. Ante esto la única solución era operar de inmediato. Sosa, consciente de que sin voz no sería nada, lo hace. Dos meses después de la operación, comienzó a vocalizar paulatinamente. Sucedió algo increíble: su voz había ganado en color, en profundidad y en matices, lo que lo afirmó más en el gusto popular. En esta nueva etapa de su vida y de su carrera, decide independizarse, dado que las cosas estaban cambiando para peor. Ya para fines de los 50, las nuevas autoridades gubernamentales desalentaban todo tipo de manifestación popular, como lo era el tango, estimulando así a una nueva corriente juvenil que interpretaba música extranjerizante, y que se dio en llamar "La nueva ola". Julio sabía que tenía luz propia, y se tenía fe para dar pelea. Por eso acepta el desafío y le propone a Leopoldo Federico, el joven bandoneonista que dirigía la Orquesta de Radio Belgrano, que sea el director de la Orquesta que lo acompañaría. El resultado de aquella unión lo conocemos todos: fue tal la comunión cantor-orquesta, que cada interpretación era un deleite para quienes los veían o escuchaban sus grabaciones. Julio puso más pimienta en lo que hacía, y convertía cada interpretación en una actuación extraordinaria. Pocos saben que en el repertorio de Sosa había un Tango tabú: "En esta tarde gris", cuya letra pertenece a Contursi. Era reacio a cantarlo porque, evidentemente, la letra traía a su memoria recuerdos poco gratos. Los músicos que lo acompañaron en la grabación de "Destellos", "Soledad" y "Otario que andás penando", cuentan que cuando grabaron "En esta tarde gris", el nudo que se instalaba en la garganta de Sosa lo ahogaba, por lo que debían detener la grabación y volver a intentarlo. Sosa estaba más distendido, pero al abordar la segunda parte, casi llegando al final de la pieza, en los versos "ven pues te quiero tanto, que si no vienes hoy voy a quedar ahogado en llantoâ€, se le quebró la voz, sin embargo siguió hasta el final. Federico le preguntó ¿Julio repetimos?, a lo que Sosa le contestó: “Que quede como está, ya no puedo repetirlo más†Vivió a mil por hora, ya que le gustaba la velocidad, y de esa forma encontró la muerte. En la lluviosa madrugada del 26 de Noviembre de 1964, Sosa iba rápido por Figueroa Alcorta y Tagle, en su auto Union Fisore. Quiso eludir a un camión que salía de una estacion de servicio, pero en una mala maniobra se encuentró de frente con un indicador de cemento instalado en el medio de la calle, contra el que chocó violentamente. Horas después falleció en el Sanatorio Anchorena, donde nada se pudo hacer para salvarlo. Los que amamos al Tango, sentimos una desazón muy grande al enterarnos de este suceso, que tronchó su azarosa vida. Hoy, sus Tangos tienen la misma vigencia que en ese entonces. Los que tuvieron la oportunidad de asistir a su velatorio y entierro, afirman al unísono que resultaba impactante ver a miles de argentinos despidiendo a su ídolo. "El varón del tango" fue velado en el Luna Park, y desde allí sus restos fueron llevados al Cementerio de la Chacarita, el mismo barrio que lo vio nacer profesionalmente. La multitud avanzaba por la calle Corrientes, y arribó al Cementerio a las 21,30 hs. Allí, más de 200.000 personas lo despidieron después del responso. Los más viejos comentaban que esa ceremonia había sido muy superior a la de Carlos Gardel. A partir de este comentario, se me ocurrió pensar en que las vidas de estos dos cantores habían sido paralelas: ambos emergieron de la pobreza, los dos murieron a una edad muy temprana, y fue el mismo medio, el Tango, lo que los llevó a la notoriedad y a ser convertidos en mitos por la opinión del pueblo rioplatense, y fueron grandes por su esfuerzo, talento y firmeza para abordar las adversidades, y sobre todo superarlas y aportar a la Cultura Popular de esta maravillosa zona del Mundo. MIGUEL GADEA SANDLER Director de "PERFILES DEL TANGO" 3Me gusta · · Compartir A Hernan Castiello, Sergio Eduardo Caraballo, Paola Franco y 22 personas más les gusta esto. Jorge Omar Guidobono Damia MUCHAS GRACIAS 3 de febrero de 2012 a la(s) 18:10 · Me gusta · 1 Roberto Chalean GRACIAS MIGUEL, SUN DUDA. 3 de febrero de 2012 a la(s) 20:16 · Me gusta Carlos Adrian Taffuri Kollaian sin palabras solamente decirte miguel exelente el material la verdad no tiene desperdicio alguno muyy bueno 3 de febrero de 2012 a la(s) 23:34 · Me gusta · 1 Marta Pizzo Es uno de mis preferidos, y el que me hizo gustar del tango cuando era chica, gracias Miguel, muy bueno!! 4 de febrero de 2012 a la(s) 7:28 · Me gusta · 1 Miguel Gadea Sandler Gracias, amigos, por los comentarios, como a Marta, Julio me hizo abrazar eternamente el tango. Pensar que tendría 86 años, y todo lo que hubiera aportado; al acervo que ya generó; sinceramente...impensable. Un abrazo, tanguero, a todos. 4 de febrero de 2012 a la(s) 8:56 · Me gusta · 1 Maria Del Huerto Rossi Gracias Miguel por contarnos la trayectoria de un GRANDE!! y muy bien llevado por ti, me encantó su vida...su ACTITUD...lo llevó al triunfo...pero no hay que olvidar como ayudaron los Argentinos , a que se cumplieran sus sueños....con su voz....junto a...Ver más 4 de febrero de 2012 a la(s) 12:29 · Me gusta · 2 Paola Franco Muy interesante........gracias por enseñarnos tanto,con permiso me lo llevo a Mi Mundo 4 de febrero de 2012 a la(s) 13:11 · Me gusta · 2 Sandra Batista EXCELENTE MIGUEL . GRACIAS POR COMPARTIR ESTAS MEMORIOSAS Y CELEBRES HISTORIAS TAN LLENAS DE PASION Y CARGADAS DE TOTAL EMOCION. QUE GRANDES !! ABRAZO 6 de febrero de 2012 a la(s) 10:52 · Me gusta · 1 Jacqueline Sigaut gracias miguel!!!!!!!! beso grande 7 de febrero de 2012 a la(s) 10:55 · Me gusta · 1 Información Crear un anuncio Crear una página Desarrolladores Empleo Privacidad Cookies Condiciones Ayuda Facebook © 2013 · Español (E

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